LOS OPERARIOS DE EdERSA LE PONEN EL CUERPO AL TEMPORAL HISTÓRICO

Durante los últimos tres días, los operarios de la distribuidora EdERSA atendieron alrededor de 200 contingencias eléctricas, en medio de un temporal de nieve y frío récord, que por momentos no dio tregua.
Desde el viernes la situación es realmente compleja en todas las ciudades cordilleranas de Río Negro y Neuquén. En El Bolson y localidades aledañas se trabajó casi sin descanso en procura de resguardar y recup
erar el servicio eléctrico. Los operarios, divididos en cinco cuadrillas, con equipos pesados y bajo un clima realmente hostil, pusieron el cuerpo en jornadas que comienzan a las 7:30 de la mañana y terminan 22.30, con la ayuda de la luz artificial de los reflectores. Mañana llegará a la zona otra cuadrilla.
La tarea fue difícil y extenuante, sobre todo porque esta región montañosa tiene dos caras diametralmente diferentes: es un paraíso terrenal para los turistas que la eligen; pero también es, en muchos casos, un dolor de cabeza para sus pobladores. Los temporales provocan todo tipo de trastornos y destrozos, porque las rutas y caminos se vuelven inaccesibles, y los servicio esenciales sufren con los azotes del clima. 
En El Bolson y ciudades periféricas –sobre todo en áreas rurales-, las líneas de baja y media tensión cruzan bosques, se sumergen en terrenos donde la frondosidad de las arboledas complejiza el panorama todo el tiempo. Tanto es así, que desde el viernes a hoy se produjeron no menos de 200 contingencias, todas provocadas por caída de ramas y árboles en instalaciones de baja y media tensión.
Por eso, los operarios y empleados comerciales de EdERSA trabajaron sin descanso durante todo el fin de semana y continúan haciéndolo, para quitar ramas y árboles de las líneas, para penetrar en lugares por momentos anegados, y para ofrecer respuestas permanentes a los usuarios. 
Es cierto que la situación fue crítica, pero entender el contexto en el que se produjo el fenómeno es sustancial: toda la zona cordillera fue afectada por el más grande temporal de los últimos 30 años, que produjo trastornos en toda la zona cordillerana de Río Negro y Neuquén, gobernada por una forestación increíble, tupida y que a la vez interfiere en las instalaciones eléctricas. 
Los cortes de energía más importantes ocurrieron en las zonas rurales del área, pero también en otras localidades cercanas como Bariloche, San Martín de los Andes y Junín de los Andes. 
Durante temporales de frío y nieve llegar a lugares como El Manso se transformó en una misión casi imposible, por la cantidad de nieve que existe en los caminos y porque los operarios deben hacerlo a bordo de equipos pesados de transporte. De todas formas, lo lograron y se espera que por estas horas esa localidad y Mallín Ahogado recuperen el servicio. Todos los demás sectores se encuentran con normal suministro.