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Viedma.- (APP) La semana que pasó fue pródiga en versiones y comentarios sobre la presunta intención de sectores oficiales de no otorgar viabilidad a la permanencia de la defensora del Pueblo, Nadina Díaz, evitando prolongar ese mandato por otros cinco años.
Todas las indagaciones que se realizaron en los distintos ámbitos resultaron infructuosas sobre la veracidad de las especies circulantes, tanto en la Casa de Gobierno como en la Legislatura, en cuyo recinto se decidirá esta cuestión que tiene aristas sensibles.
Algunos legisladores, no todos, porque otros rehuyeron ostensiblemente a la consulta periodística, se animaron a encuadrar el tema, señalando que en el oficialismo partidario de JSRN hay quienes están pensando muy seriamente en enriquecer su propio currículum público y político accediendo al prestigiado lugar que ocupa la abogada Díaz.
Estas opiniones ubican el motivo de un hipotético cambio en la Defensoría en un ámbito exógeno al propio gobierno provincial.
Entre quienes se cuentan con esas pretensiones se mencionaron a las legisladores Arabela Carreras de San Carlos de Bariloche y Tania Tamara Lastra de General Roca, quienes en caso de acceder al edificio de la calle 25 de mayo tienen ambas reemplazantes en “la lista de espera” -sus suplentes-, que le garantizarían al oficialismo la misma identificación con la causa que han demostrado las parlamentarias mencionadas.
También se conocen aprestos de algunos abogados y abogadas jóvenes con intenciones y también algunos dirigentes políticos que están en busca de mejores horizontes, sobre todos los más apetecibles, con estimulantes remuneraciones.
Se supo que Oscar Díaz, padre de Nadina y legislador provincial, estuvo reunido en forma individual con varios de sus pares existiendo absoluto hermetismo sobre esos diálogos que estuvieron referidos a la situación de la Defensoría, que se estaría planteando en el gobierno provincial y que para muchos resultó sorpresivo.
Quienes visitaron la Defensoría en los últimos días afirman que Nadina Díaz sigue normalmente su ritmo de trabajo recibiendo visitantes y atendiendo asuntos de su despacho, habiéndose adelantado que se encuentra expectante pero tranquila, observando cómo se desenvuelven los acontecimientos que también la tendrían a ella como sorprendida, sin que nadie le adelantara algún aviso o advertencia.
Sobre todo de la manera que se aceleraron los tiempos para decidir sobre al recambio o la prolongación de su mandato. Díaz ya había manifestado su intención de cumplir un nuevo período y, aprovechando su experiencia de este quinquenio, enriquecer proyectos para aplicar en el futuro mediato.
También se especula que, ante la hipótesis de que el gobierno provincial optara por estimar que los nuevos tiempos aconsejan producir un recambio en esa área, le ofrecerían a la actual defensora un destino jerarquizado en los planos más importantes del Estado, para retener a una muy capacitada profesional. Aquí las causas tendrían imperativos endógenos al gobierno.
Pero en el plano de los acertijos que se vienen manejando, son numerosos los observadores que se inclinan por ubicar a Nadina Díaz, en el caso de dejar la Defensoría, en el terreno de la política provinciana, que por propia voluntad viene soslayando desde hace varios años. ¿Ante esa hipótesis, qué partido puede contar con sus aportes?
Los memoriosos recuerdan que cuando los niveles nacionales del PRO iniciaron los primeros trámites de organización en Río Negro, Nadina Díaz figuraba en la mesa los armadores del partido amarillo, como una eventual destinataria a la precandidatura a la gobernación rionegrina.
Hay quienes aprecian, y con razón, que si hay interrupción en el mandato de la actual Defensora, habrá que utilizar un procedimiento muy particular para no herir susceptibilidades y prevenir que ningún elemento imprevisto provoque situaciones no queridas. Claro está, si la abogada de Villa Regina presta su conocimiento para que su retiro sea tan honorífico como lo fue su nominación y acceso al cargo hace cinco años atrás.
De todas maneras, todos coincidieron que ha habido muchas palabras que sobran en los últimos días, porque en definitiva la cuestión quedará clarificada cuando se produzca el retorno del gobernador Alberto Weretilneck.
En realidad, el mandatario fue quien orientó y decidió hace cinco años atrás el acceso de Nadina Díaz –como la de su adjunta- a la Defensoría del Pueblo, y bajo su responsabilidad estará ahora la decisión, sin perjuicio del que la decisión final será de la Legislatura.
Mientras tanto el suspenso se está multiplicando porque ya se ha puesto en marcha la cuenta regresiva.
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