Desde hace años la sociedad de El Bolsón sufre de manera inescrutable el estigma de una máquina de impedir que se interpone entre los dueños y el sacrificio de una población, que ha buscado a través del trabajo fecundo el desarrollo para un estilo de vida dinámico y moderno en favor de todos, que no se ha logrado todavía.
Devenida en organización defensora del medio ambiente, sus integrantes a lo largo del tiempo han mostrado una increíble tenacidad buscando la disociación de forma sistemática, pretendiendo de la población, de hombres y mujeres de El Bolsón, someterlas al escarnio de sus caprichosos y antojadizos modelos, que no son otros que vivir del antagonismo y de la anarquía por todos reconocidos.
Muchos de ellos han tomado posesión en lugares ilegítimos y en espacios sociales tan preponderantes para la sociedad, como son la educación, la salud y la política, para imponer desde allí sus ideas lacónicas de corto alcance.
Son como profetas del odio que reúnen las características patológicas de vivir y no dejar vivir. Impidiendo que obras y proyectos del pueblo que deben ser destinadas al bien común, se vean diluidas ante el mal que utilizan para fustigar mediante la difamación y la injuria sus injustas acusaciones. Las que son clavadas en las espaldas de los ciudadanos de este lugar, como si el mayor pecado sean para ellos el trabajo y generosa forma de vida de estos pueblerinos.
Muchos de sus integrantes pertenecen al movimiento Comarca en Pie en Defensa del Agua y la Tierra, que sólo se reúnen para atemorizar a la población bajo el nombre de “asamblea y pueblo”. Son quienes hoy han quedado expuestos gracias a la efectividad de los medios de prensa y de la tecnología que permite mirarlos, desnudos e inofensivos a la hora de la verdad.
Es innegable que bajo esta falaz idea de una aldea planificada y territorial, sólo buscan asociar sus ideas y proyectos, ciertamente pocos beneficiosos para la población en general, para que en lo particular den rienda suelta a sus mezquinos intereses que sólo benefician a cada uno de ellos. Sin ningún otro interés, mueven sus piezas para corromper.
Una prueba de tantas, son las muestras de estos últimos años con los sucesos ocurridos desde 2012 a la fecha con el Desarrollo del Cerro Perito Moreno y lo que devino posteriormente ante la falacia política. Que instaló la desidia y la demagogia cargada de acusaciones a quienes se atrevieron a cuestionar este modelo ineficaz. Luego fue la Tarifaria y Fiscal que el gobierno impuso con el peso del poder político sin escuchar a quienes les prevenían del error por querer instalar una herramienta, que en corto plazo sería inconstitucional, con lo que ello significa para el futuro del pueblo. Poco y nada les importó encaramarse en una de las entidades más caras al sentimiento poblacional de este lugar: La Coopetel, como se conoce a la cooperativa local de servicios. Allí fustigaron sin ningún miramiento a propios y ajenos con un carácter intelectual, que a la hora de los hechos es cobarde y falaz. Dejando una deuda impaga. Hoy son los que buscan nuevamente los espacios del beneficio que supieron tener, cueste lo que cueste.
Muchos, la mayoría de este pueblo, quieren otra cosa de El Bolsón. Desean un gobierno eficaz y para todos con sus entidades actuando de manera interrelacionada, generadora de proyectos y obras necesarias en este milenio. No quiere más a los agoreros de siempre que muestran su hilacha en corto plazo o, como los más veteranos en estas lides, que pretenden reincidir encarnizadamente cuando se sabe del fracaso que fueron cuando debieron estar a la altura de las circunstancias. Ya tuvieron su oportunidad ¿Para qué querrían otra?
FEDERICO MAGRI
MOIRA KARPYZA
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