El ideal de belleza establece que los dientes sean blancos como la nieve y que se vean juntos y parejos como perlas. Pero ese ideal no siempre coincide con la realidad: los dientes se tiñen con el té y el vino tinto, no son parejos y a algunos les falta un pedacito. Sin embargo, no hay por qué lucir una dentadura imperfecta. Los dentistas pueden ayudar a embellecer la sonrisa con las llamadas veneers o cubiertas de porcelana, si bien no es un tratamiento barato e incluso puede generar ciertos inconvenientes.
¿Qué son las veneers y de qué están hechas?
La palabra "veneer" viene del inglés y, traducida, quiere decir "cubierta". Las veneers son cubiertas finas para los dientes que permiten modificar tanto su forma como su color. Se producen de forma individualizada con materiales cerámicos. También las hay de plástico.
¿En qué caso se recomiendan?
Las veneers suelen recomendarse por motivos estéticos y no por razones médicas. En general, se las emplea para mejorar la imagen frontal de la dentadura. Suelen ser utilizadas cuando el color de los dientes no puede ser mejorado con los sistemas de blanqueamiento tradicionales. Además, se debería pensar en ellas cuando los dientes están relativamente enteros y todavía no hace falta recurrir a una corona.
¿En qué casos no se aconseja su empleo?
Quienes bruxan por la noche deberían prescindir de las veneers. Lo mismo vale para los que suelen presionar con la mordida o, por ejemplo, mordisquean los lápices. En ese caso existe el riesgo de que las veneers se salgan rápidamente. Quien a pesar de bruxar no quiere prescindir de estas cubiertas debería usar un protector bucal por las noches.
¿Cómo se colocan las veneers?
Las delgadas cubiertas, que suelen tener apenas medio milímetro de grosor, son fijadas a los dientes con una técnica especial de pegado. En general, debe limarse primero el diente a tratar. Las cubiertas no deben ser gruesas para que no se vean como uñas postizas.
¿Cuáles son las desventajas de las veneers?
En los puntos de contacto entre el diente y la veneer se forman superficies susceptibles de ser atacadas por bacterias, de modo que pueden generarse enfermedades en los dientes. Es por eso que las veneers requieren de un cuidado especial. El dentista debe hablar claramente con el paciente y mencionarle tanto los riesgos como la forma correcta de lavar los dientes.
¿Cuáles son los costos?
Los costos difieren bastante. Dependen del material y de los honorarios del dentista. En general, no los cubre ningún servicio médico y corren por cuenta del paciente. En Europa, una veneer para un diente delantero puede costar hasta 1.000 euros (1.060 dólares). Lo mejor es consultar con distintos especialistas hasta encontrar un precio que se considere accesible y justo.
¿Cuánto duran?
En líneas generales entre cinco y diez años. Sin embargo, las veneers no pueden quitarse así nomás. Deben ser reemplazadas por una nueva veneer o por una corona, lo que implica nuevos costos e intervenciones médicas. En algunos casos, las cubiertas duran apenas cinco años.
¿Hay alternativas a las veneers?
Sí. Una alternativa es un relleno de plástico o una corona. Eso depende del grado de daño del diente, la alteración de la forma del diente y de su color. Las coronas duran más, pero también dañan más el diente. Sólo deberían realizarse cuando hay motivos médicos, como un riesgo para el nervio. Cuando sólo se trata de aclarar los dientes, se recomienda el blanqueamiento o "bleaching" con químicos. Lo importante es que, sea cual fuere el tratamiento, el paciente se asesore siempre con un odontólogo.
dpa
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