Por Martín Esteban Domínguez
Alguna vez alcancé a escuchar “ el tiempo, y la distancia no son todo para mi”… Alguna vez un pionero de las telecomunicaciones dejaba asentado que también “nada, ni nadie” podría hacer que sus objetivos, sus sueños quedaran sin realizarse, sin darle un sentido al porque habían de suceder en algún momento… Siendo empresario, e inventor italiano, conocido como uno de los más destacados impulsores de la radio transmisión a larga distancia, por el establecimiento de la Ley de Marconi así como por el desarrollo de un sistema de telegrafía sin hilos (T.S.H.) o radiotelegrafía… Pudo en 1899, Marconi establecer la comunicación radiotelegráfica entre las dos orillas del Canal de la Mancha, sabiendo de distancias, y de imposibles, sabiendo de “¿si esto funcionará, o no?… Con tanto y tanto kilometro por unir, y otro tanto por decir parece que el lo pudo, lo concretó desde su iniciativa, y desde su potencial… Lo concretó desde su convicción, como también de sus deseos para que se concretase… Lo elaboró en su “laboratorio” ubicado dentro de su yate bautizado “Elettra”, y lo llevó al mundo entero para que se pueda demostrar que es “la distancia lo que se ha de superar” con tantas herramientas, que quizás deba extrañarse la presencia física, como también deba aprovecharse la chance de la comunicación virtual por estos tiempos como herramienta alternativa, como no tan virtual por allá… Que con un poquito de iniciativa las cosas pueden cambiar, como también pueden ser vitales, y de mucha importancia para los que vendrán en los momentos siguientes… Que con tanto por descubrir, y por trabajar todo es diferente, y que con la premisa de un mundo distinto es más desafiante el camino que debe caminarse… Y para que ese camino sea transitable se necesita de dedicación, sabiduría, y antes que nada la convicción que algo nuevo estará por presentarse ante los ojos del mundo entero, y que no solo será presentado para las cámaras, y los flashes, sino que será para darle utilidad en esta vida, como en los momentos futuros, y que este ha de ser un eslabón más en este mundo que debe seguir andando, y andando… Como el que imaginó Marconi, como el que debió esperar para ver sus realizaciones, y renovar sus ansias de nuevas creaciones, como el que hoy desde nuestro lugar de permanencia, y existencia podamos afirmar que el tiempo y las distancias no deben ser lo que no frenen a ir por algo más que el bienestar de un pueblo, y los seres humanos, como también el crecimiento de uno, en lo espiritual, y en lo humano… Pues desde nuestro más humilde espacio de creación vayamos por ese mundo distinto, que desde hoy debe construirse, con las fuerza de seres distintos, al otro, pero con la unión de las fuerzas, y la belleza de lo cotidiano, dejando a un lado el aburrimiento, sumándole atrevimiento, y mucho más… Con este 28 de Marzo como día de partida, y con tantos días por vivir…





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