Qué función cumple hoy un granadero?

Más allá del ceremonial, el cuerpo de escoltas despierta tiene un halo de gloria y misterio; qué pueden hacer ante un delito callejero; soldados altos vs. los bajitos; además, el secreto para convertirse en estatua

Por   | LA NACION

 Foto: LA NACION / Guadalupe Aizaga

Diego Barrionuevo tenía 16 años la primera vez que los vio: parecían salidos de un libro de historia. Vestían su tradicional uniforme: botas negras hasta la rodilla, espuelas, una chaquetilla con pechera adornada con botones, un cuello rígido y el clásico morrión en la cabeza. De un costado llevaban un sable enfundado. Marchaban serios, ceremoniosos y con aire de gloria. Diego observó atónito el cambio de guardia en Plaza de Mayo. Emocionado, miró a sus padres y les dijo: "Cuando sea grande, quiero ser granadero".

Un par de años después el joven, oriundo de Laferrere, cumpliría su sueño: pasaría a formar parte de la Escolta Presidencial en Casa de Gobierno , como miembro de uno de los siete escuadrones en los que está dividido el histórico Regimiento de Granaderos, creado en 1812 por el General José de San Martín.

¿UN GRANADERO PUEDE ACTUAR DE POLICÍA?

Aquella primera vez que los vio, Barrionuevo, hoy de 23 años, pensaba que estos soldados pasaban gran parte del tiempo quietos, como estatuas. No imaginaba que el servicio de escolta y ceremonial era sólo una de las tantas tareas que forman parte de la misión de los granaderos.

La seguridad presidencial es una de las funciones fundamentales del regimiento. El escuadrón Ayacucho, al que pertenece Barrionuevo, es el encargado de esa misión en casa de Gobierno. También deben garantizar la seguridad presidencial los miembros del Escuadrón Chacabuco, cuya área de influencia es el interior de la Quinta de Olivos. A este escuadrón pertenece Ignacio Alderetes, un joven de 24 años. Alderetes se enroló a los 18. De chico le había tocado disfrazarse de granadero para los actos de la escuela. Nunca imaginó que algún día usaría un uniforme de verdad y que su misión sería tan importante como cuidar a la Presidenta.

Pero además de la seguridad, los casi 1000 granaderos que se distribuyen en los siete escuadrones, cada uno con el nombre de una batalla histórica, también realizan otras tareas. Un grupo de granaderos, por ejemplo, colaboró en la evacuación de personas y en el reparto de alimentos durante las inundaciones que el año pasado afectaron a La Plata. También han participado de los operativos desplegados en otras catástrofes.

"No pueden detener a un ladrón en la vía pública ni utilizar un arma en ese contexto. Si presenciaran un robo o arrebato, seguramente reaccionarían como cualquiera, abandonando la postura para ayudar a la persona damnificada, pero como ciudadanos comunes"

Los granaderos no tienen poder de policía en las calles, y cuando están cumpliendo con tareas de ceremonial y protocolo no llevan armas, sólo el sable que es parte decorativa del uniforme histórico.

"No pueden detener a un ladrón en la vía pública ni utilizar un arma en ese contexto. Si presenciaran un robo o arrebato, seguramente reaccionarían como cualquiera, abandonando la postura para ayudar a la persona damnificada, pero como ciudadanos comunes", explica López Blanco.

EL TRUCO PARA CONVERTIRSE EN ESTATUA

Video: El uniforme histórico de los Granaderos, en detalle

"Mirá, una estatua", es una de las frases que más escucha Barrionuevo cuando se le acercan niños y adolescentes. Es que el permanecer quieto, con gesto serio y callado es una marca registrada de los granaderos. No falta quien les haga bromas e intente hacerlos perder la postura.

"El objetivo de esta postura es demostrar respeto a la autoridad y rendirle honores", explica el coronel Diego López Blanco, jefe del Regimiento.

Los granaderos deben mantenerse quietos durante guardias de dos horas, luego de lo cual tienen un descanso. Los soldados son instruidos para poder permanecer lo más estáticos posible durante ese tiempo. Les enseñan cómo deben pararse y qué tipo de movimientos leves pueden realizar. Pero, además, ellos tienen sus propios trucos.

"No es tan difícil permanecer quietos. Sólo es cuestión de concentrarse en algo. Yo me concentro en la patria y la familia", cuenta Alderetes.