En 1960, como parte del Proyecto Excelsior, una iniciativa de los Laboratorios de Investigación Médica Aeroespacial en EE.UU., Joseph Kittinger, fue asignado para hacer una serie de saltos en caída libre a gran altura, para probar así la resistencia humana a estos descensos, parte de los estudios iniciales de la incipiente carrera espacial de esa década.
El 16 de agosto, en el último de sus brincos, Kittinger logró caer desde 31.330 metros, una altura que hasta hoy permanece como el récord mundial en caída libre.
Cincuenta años después de la hazaña, el mismo paracaidista colabora en otro proyecto que paradójicamente pretende despojarlo de la marca: la misión Red Bull Stratos, que fichó al deportista extremo austríaco Félix Baumgartner (41) para acometer un desafío nunca intentado por ningún humano: lanzarse desde 36 mil metros de altura premunido sólo de un traje presurizado y un paracaídas.
Un globo aerostático trasladará la cápsula en que viajará Baumgartner. Si tiene éxito en la maniobra, batirá otros tres récords mundiales: el vuelo con globo tripulado más alto (que es desde donde saltará), la primera persona en romper la barrera del sonido sólo con su cuerpo y el trayecto en caída libre de más duración (cinco minutos y 30 segundos).
Pero el salto no sólo busca pulverizar marcas. También pretende medir, tal como con Kittinger en 1960, la resistencia humana a un brinco desde semejante altitud y la capacidad del traje que usará, información que servirá en la futura exploración espacial. "Los parámetros fisiológicos que arroje Félix nos entregarán una idea de lo que el cuerpo humano aguanta durante la exposición a ambientes extremos. Como nadie a hecho esto antes, será una información muy valiosa para explorar la capacidad humana", dice a La Tercera Jonathan Clark médico de la misión.
Deportista extremo
El austríaco no es un principiante. Su bitácora incluye los más disparatados brincos. En 1999 logró el récord mundial del salto en paracaídas más alto desde un edificio, al lanzarse de las Torres Petronas en Kuala Lumpur, Malasia. En 2003 fue el primer hombre en cruzar el Canal de la Mancha en caída libre, usando un ala de fibra, derrotero que complementó en 2010 al establecer el récord mundial de salto base más bajo (modalidad del paracaidismo que consiste en saltar desde un objeto fijo y no desde un avión), al lanzarse desde uno de los brazos del Cristo Redentor, en Río de Janeiro.
Para romper el récord de Kittinger, el equipo de Red Bull Stratos lleva cinco años trabajando junto a un grupo de expertos, desarrollando un protocolo de seguridad.
El atleta ha realizado pruebas en una cámara de vacío dónde ha estado expuesto a condiciones extremadamente hostiles.
Aunque aún no hay fecha exacta para el desafío, los expertos del proyecto esperan realizarla a mediados de año en Roswell, Nuevo México, debido a que se trata de una zona en gran parte deshabitada, lo que facilita el lanzamiento del globo y posterior aterrizaje de Baumgartner.