"Es habitual mezclar cocaína y fármacos"

Jefe del servicio de Toxicología del Hospital Fernández, es cauto al responder sobre la muerte de Jazmín de Grazia y explica por qué esa combinación puede ser fatal. Advierte que el consumo de cocaína es una moda que atraviesa todos los estratos sociales y le inquieta el creciente alcoholismo en chicos cada vez más jóvenes.

Por Magdalena Ruiz Guiñazu
11/02/12 - 09:52
 
"Es habitual mezclar cocaína y fármacos" Drama. "Al mezclar cocaína con psicofármacos se cae en un sueño casi anestésico. Puede haber hechos no previstos que causen la muerte, que no es por intoxicación."
El doctor Carlos Damin es joven pero tiene sobre sus hombros la responsabilidad de la Primera Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la UBA y, también, es jefe del Servicio de Toxicología del Hospital Fernández.
Hace ya un par de semanas que queríamos consultarlo.
Durante enero habíamos observado en las playas la cantidad de adolescentes que, a las nueve de la mañana, todavía se movilizan, botella en mano, pero revelando una noche de mezclas donde las drogas enfatizan el exceso cometido en la bebida.

—Lo que está pasando con la juventud –explica–, con el tema del alcohol, es realmente muy grave. Fíjese que del año 2009 al 2010 vemos que, en el Hospital, se ha duplicado la cantidad de menores de veinte años que han llegado aquí con un cuadro de intoxicación aguda grave. Todavía no tenemos los datos definitivos de 2011 pero puedo decirle que tuvimos más de 700 intoxicados graves menores de 20 años durante 2010. Para un solo hospital, y un solo servicio, esto es alarmante. Y, además, lo que estamos viendo es que no solamente aumenta el número de intoxicaciones sino que, cuando nosotros les hacemos determinación de alcoholemia a los pacientes, los casos son cada vez más graves. Es decir que son chicos cada vez de menor edad y con intoxicaciones cada vez más graves y con niveles de alcoholemia más altos.
—Cuando usted dice “niveles más altos”, ¿qué sintomatología tienen?
—Fíjese que, para manejar un auto está permitido hasta 0,5 gramos por litro. Para que se entienda le explico que, hace diez o quince años, estábamos acostumbrados a ver cuadros de intoxicación por alcohol con 2 o 3 gramos. Es decir, gente que llega con un cuadro evidente de ebriedad, que no puede mantenerse de pie, tiene una marcha zigzagueante típica del ebrio. Bueno, hoy lo que vemos son cuadros de coma con niveles de alcohol de más de 4 o 5 gramos y hemos tenido casos extremos con más de 6 gramos de alcohol en sangre, lo que nos ha obligado a hemodializar chicos por su nivel de intoxicación.
—El coma es un estadio anterior a la muerte, ¿no es cierto?
—Exactamente... Y esto, además, lo vemos porque lo que se consume es mucha más cantidad de volumen de alcohol pero, a la vez, por intermedio de muchas más bebidas con alta concentración alcohólica: bebidas blancas. Y lo que más complica es que están mezcladas con otras sustancias. Tenemos problemas entonces con el alcohol que se consume con bebidas mal llamadas “energizantes” y que contienen cafeína, taurina, etc., y que son erróneamente llamadas así. Son, en cambio, bebidas estimulantes que retardan el efecto del alcohol. Por lo tanto, el sujeto no tiene sueño ni las características del estado de ebriedad que antes hacía que, en determinado momento, dejara de tomar alcohol. Por eso, los cuadros no eran tan graves. Hoy, las ingestas se prolongan en el tiempo porque la persona permanece alerta hasta que llega un momento en el que cae en estado de coma.
—¿Esto también ocurre cuando se consume cocaína?
—Sí. Cocaína asociada al alcohol. Una asociación muy frecuente y que permite al sujeto ingerir mucho más alcohol o, cuando consume cocaína asociada con psicofármacos, permite contrarrestar un efecto con el otro hasta que, en algún momento, cae en un sueño muy profundo (que, a veces, es un cuadro precomatoso) y en el que, a veces, también puede sobrevenir la muerte no por la gravedad de la intoxicación sino por un accidente.
—¿Sería el caso tan triste de Jazmín de Grazia, que conmueve a la sociedad? La información judicial habla de restos de cocaína mezclados con Rivotril encontrados en un plato. Y tenemos entendido que esta mezcla produce mucho calor y que podría haber contribuido a que ella se metiera en la bañadera. ¿Puede ser?
—Mire, la cocaína produce cuadros de hipertermia y a veces de hipertermia maligna, que significa una temperatura (como si fuera fiebre) por encima de los 40 o 41 grados. Esto puede ocurrir tambien sólo con cocaína pero en la asociación de cocaína con psicofármacos es algo habitual.
—¿Por qué?
—Le explico: la cocaína genera un efecto euforizante (motivo por el cual el consumidor la usa) pero acompañado de muchos efectos no deseados por el consumidor: contracturas (quedar endurecido) muy molestas. Lo excita mucho cuando el consumidor, en cambio, lo que quiere es euforia. La excitación lo molesta, lo perturba. Respira mal. Tiene taquicardia, palpitaciones con mucha angustia, crisis de paranoia (cree que todos lo miran y persiguen) y entonces el consumidor lo contrarresta con alcohol o con psicofármacos. El psicofármaco más comúnmente usado es el clonazepam.
—¿Conocido comercialmente como Rivotril o Clonagil o Trapax?
—Hay muchos. Incluso el clonazepam es como un genérico. Hay muchos medicamentos que suelen asociarse a la cocaína y que le quitan la cosa no deseada. Ahora bien, como son depresores del sistema nervioso, se contraponen en el efecto. No tocan la euforia (que es lo que quería el consumidor) y entonces muchas veces hacen que el consumidor aumente la cantidad de cocaína y consuma más pastillas o más alcohol. La situación se convierte entonces en una carrera donde se va añadiendo un poco más de cada cosa hasta que el organismo no da más. Se termina cayendo en un cuadro de agotamiento neuronal que se manifiesta como un sueño muy profundo, casi anestésico Desde la medicina no lo definiríamos como si fuera un coma pero es un estado parecido. Y allí pueden sobrevenir accidentes o hechos no previstos que ocasionen incluso la muerte. Y allí, fíjese, la muerte no ha sido ocasionada por la intoxicación.

 

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