Un grupo de investigadores explicó que "el impacto repetitivo puede llevar a ladegeneración de las células del cerebro".
Estudiosos del Albert Einstein College de Medicina de la Yeshiva University y del Centro Médico Montefiore, el hospital universitario de esta institución neoyorquina, hicieron un seguimiento a 28 jugadores aficionados, de 30,8 años de media, que practicaron fútbol desde pequeños. El estudio fue presentado este martes durante la reunión anual de la Sociedad de Radiología de Norteamérica (RSNA, por sus siglas en inglés), que se celebra en Chicago (EEUU).

Los expertos clasificaron a los jugadores en función de la frecuencia con la que despejaron o remataron de cabeza el balón en el último año. Además, compararon sus imágenes cerebrales utilizando técnicas avanzadas de imagen, como la resonancia magnética con tensores de difusión para poder ver los tractos neuronales, y pruebas cognitivas.

Tras cotejar los resultados, encontraron que entre los que más cabecearon la pelota era más frecuente una lesión similar a la observada en pacientes con conmoción cerebral, también conocida como lesión cerebral traumática.

Los resultados son "especialmente preocupantes", ya que el fútbol es el deporte más popular del mundo y gana adeptos en los Estados Unidos, sobre todo entre los niños, sostuvieron los expertos. De hecho, de los 18 millones de estadounidenses que juegan al fútbol, el 78 por ciento son menores de dieciocho años, apuntaron.

Los investigadores advirtieron que los balones de fútbol pueden alcanzar una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora en partidos de aficionados y más del doble en uno profesional.

El autor principal del estudio, Michael Lipton, director médico de los servicios de resonancia magnética en Montefiore, explicó que el objetivo del estudio fue determinar"si existe un umbral en la frecuencia de golpear la pelota con la cabeza que, cuando se supera, da lugar a una lesión cerebral detectable".

Según análisis posteriores, el umbral estaría aproximadamente entre 1.000 y 1.500 cabezazos por año. Una vez superada esta cifra, los investigadores observaron "lesiones importantes".

El doctor Lipton explicó que "el impacto repetitivo puede desencadenar una serie de respuestas en cadena que puede llevar a la degeneración de las células del cerebro".




Fuente: EFE