
Al contrario del pensamiento popular, la mayoría de los videojugadores en la actualidad son adultos: tienen 34 años promedio y llevan 12 años jugando, según cifras de la ESA. Algo que no impide que las compañías busquen lanzar cada vez más juegos que cautiven al público infantil. ¿El problema? La mayoría logra ser divertidos sólo para los niños, pero no para sus padres, los principales consumidores del mercado.
Eso es justamente lo que Warner Bros. quiere cambiar, al anunciar el lanzamiento de "Once Upon a Monster", un juego basado en los personajes de Plaza Sésamo y que si bien está creado para un público desde los 5 años, tiene como principal objetivo unir en el living de la casa a padres e hijos con un formato que funciona como un libro virtual educativo, donde los niños no sólo aprenden el abecedario y los números, sino también a ser empáticos, vencer sus miedos y la timidez y a no discriminar.
Para enganchar a los padres, Once upon a Monster -que en español significa "Érase una vez un monstruo"- apela a la nostalgia de los personajes de Plaza Sésamo, creados hace 41 años y a la última joyita de la industria del videojuego: Kinect, el sistema de juego sin controles de Microsoft para su consola Xbox360.
Cambio de rubro
Una de las particularidades de "Erase una vez un monstruo" es que está siendo producido por la compañía Double Fine, conocida por sus juegos de culto y por una de sus más recientes obras llamada "Brutal Legend", un juego de rock metal que cuenta con las voces de artistas como Jack Black y Ozzy Osborne. Ahora la firma da un giro radical, en parte, porque sus trabajadores querían hacer una aventura para jugar con sus hijos.
El videojuego tiene como protagonistas a Elmo y el monstruo Comegalletas, quienes ingresan a un libro de cuentos llamado Onec upon a Monster. La idea es que uno de ellos sea el avatar del niño y el otro del adulto. Allí se encontrarán en diferentes capítulos con distintas marionetas -la mayoría creadas originalmente para esta aventura- que tienen la misión de enseñar conocimientos básicos y valores a los niños.
El primer capítulo, por ejemplo, cuenta la historia de Marco, un monstruo que es rechazado por el resto por su apariencia inusual y por lo mismo, celebra su cumpleaños sin amigos.
La idea del juego es poder animar a este personaje y terminar relacionándose con él a través de los movimientos capturados por la cámara de Kinect, tanto para interactuar con los personajes como para realizar una serie de minijuegos, donde se podrá bailar, correr e incluso volar.
Acción compartida
Una de las gracias del juego es que está pensado para ser jugado por dos personas de manera colaborativa, lo que significa que el trabajo de ambos jugadores permite ganar puntos, lo que lo diferencia de otros juegos en pareja donde la competencia entre los jugadores es la base.
Por ejemplo, en el primer capítulo hay una pista de obstáculos, donde un jugador controla el movimiento del cuerpo de Elmo para evitar obstáculos, y el otro los brazos de Comegalletas para agarrar objetos o agacharse para evitar ramas altas. Esta es una ventaja que tiene el juego sobre Kinectimals, otro título infantil para Kinect que se basa en la interacción individual.
La historia busca que los jugadores den un final feliz a la historia: después de compartir con el monstruo Marco, pueden usar el micrófono de Kinect para gritar "Feliz Cumpleaños", sople sus velas y vuelva a estar contento.
El juego llegará a Chile durante la primavera, visado por la fundación de Plaza Sésamo y su soporte "Healthy Habits for Life", que promueve valores como la amistad, la empatía y trabajar colaborativamente.
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