La fisura es de unos 20 centímetros y el agua, con elevados niveles de radiactividad, proviene del reactor 2 de la central. Tras detectar la grieta, los operarios trabajan contrarreloj para contener la filtración

Crédito foto: EFE / NHK
Los equipos de emergencia de la central nuclear de Fukushima utilizaron un colorante blanco para rastrear la fuente de los escapes radiactivos al océano, en un país donde el sismo y el tsunami han minado la confianza de los empresarios.
"No ha habido cambios significativos en la cantidad de agua que se escapa. No hemos logrado el principal objetivo de parar la salida del agua", dijo un vocero de la compañía Tokyo Electric Power Co (TEPCO), propietaria de la central.
Mientras continuaba la carrera contra el reloj para impedir una catástrofe incontrolable en la planta de Fukushima, los funcionarios japoneses que asisten a las negociaciones internacionales de la ONU sobre el clima sugirieron que Japón podría revisar a la baja sus objetivos en la reducción de las emisiones de carbono.
TEPCO ha estado luchando para recobrar el control de la planta nuclear desde el sismo de magnitud 9 y el fuerte tsunami del 11 de marzo que averiaron sus sistemas de enfriamiento, elevando mucho la temperatura de las barras de combustible y amenazando con fundir los reactores.
La prioridad de los empleados de TEPCO es restablecer el suministro eléctrico para que funcionen los circuitos de refrigeración de los cuatro reactores dañados. Los reactores 5 y 6 se salvaron de la catástrofe.
Sin embargo, los avances son lentos. La enorme cantidad de agua empleada para enfriar las barras de combustible ha inundado las salas de turbinas y las galerías subterráneas, complicando la intervención.
La tarea más difícil de TEPCO es evacuar esas capas de agua altamente radiactivas, que en parte se filtraron al océano por una brecha de 20 cm descubierta en un foso conectado al reactor 2. Dos intentos de colmar las brechas con cemento, y luego con una mezcla de polímeros, papel de periódico y serrín, fracasaron durante el fin de semana.
"No ha habido cambios significativos en la cantidad de agua que se escapa. No hemos logrado el principal objetivo de parar la salida del agua", dijo un vocero de la compañía Tokyo Electric Power Co (TEPCO), propietaria de la central.
Mientras continuaba la carrera contra el reloj para impedir una catástrofe incontrolable en la planta de Fukushima, los funcionarios japoneses que asisten a las negociaciones internacionales de la ONU sobre el clima sugirieron que Japón podría revisar a la baja sus objetivos en la reducción de las emisiones de carbono.
TEPCO ha estado luchando para recobrar el control de la planta nuclear desde el sismo de magnitud 9 y el fuerte tsunami del 11 de marzo que averiaron sus sistemas de enfriamiento, elevando mucho la temperatura de las barras de combustible y amenazando con fundir los reactores.
La prioridad de los empleados de TEPCO es restablecer el suministro eléctrico para que funcionen los circuitos de refrigeración de los cuatro reactores dañados. Los reactores 5 y 6 se salvaron de la catástrofe.
Sin embargo, los avances son lentos. La enorme cantidad de agua empleada para enfriar las barras de combustible ha inundado las salas de turbinas y las galerías subterráneas, complicando la intervención.
La tarea más difícil de TEPCO es evacuar esas capas de agua altamente radiactivas, que en parte se filtraron al océano por una brecha de 20 cm descubierta en un foso conectado al reactor 2. Dos intentos de colmar las brechas con cemento, y luego con una mezcla de polímeros, papel de periódico y serrín, fracasaron durante el fin de semana.
Nuestra Redes