En poco más de dos horas de show, convocaron a una multitud en el principal escenario de la música de Bariloche: Puerto Rock. La banda liderada por el incansable "Piti" Fernández hizo cantar y bailar a los cientos de fanáticos que esperaban ansiosos la llegada de toda su magia desde hacía un año.
No defraudaron, todo lo contrario. Respetaron el ritual. Es que cada show de Las Pastillas del Abuelo es un constante idilio entre la banda y sus seguidores, lo cual termina convirtiendo una noche cualquiera, en "LA NOCHE" .
Así fue la del viernes, una velada espectacular donde la banda oriunda de caballito, se subió a escena con el mismo objetivo de siempre: hacer delirar a su público. Y vaya que lo logró.
Fueron más de una veintena de canciones donde la gente disfrutó al máximo ya sea cantando, saltando, aplaudiendo, bailando y ovacionando a este gran grupo que hace tiempo dejó de ser una revelación y ya parece estar lista para dar el gran salto y convertirse en un "llena estadios".
Su característica más especial: el contacto con el público. Durante los 130 minutos de espectáculo, Piti no paró de hablar con quienes lo vitoreaban desde abajo. Se animó a manifestarse en contra de la minería a cielo abierto, se dijo un romántico por el contenido de sus letras, testeaba el nivel de excitación de la gente y por sobre todo los hizo pasar una gran noche.
La cual abrió con la deliciosa "Peldaño", una de las mejores canciones de su exitoso disco "Por colectora", y le siguieron grandes himnos de la banda como "Qué vicios tengo", "Calipso", "Amar y envejecer", "Vuelta de Tuerca", "Cerveza", "Me juego el corazón" y "De dónde vengo" entre muchas otras.
La jornada estuvo colmada de rock, con aires de pop y otros ritmos. Además, hubo grandes momentos de la noche como la reiterada subida a bailar de un niño sobre el escenario, la peluca colorada que se calzaron los músicos y una extraordinaria versión de "La parabellum del buen psicópata", uno de los himnos ricoteros que cantó hasta el último de los presentes. Allí, Las Pastillas hicieron estallar a sus fans con una gran guitarra sonando a pleno y un Piti divertido y feliz, parafraseando al Indio Solari.
El final llegó con un público extenuado pero con ganas de seguir. El grupo se despidió con un "muchas gracias" y los seguidores ya comenzaron a contar los días que faltan para su regreso, en lo que es ese fenómeno que generan las grandes bandas del rock nacional.
Para el próximo viernes, se cambia de genero, ya que Puerto Rock recibirá a Nonpalidece, una de las bandas más simbólicas del reggae argentino, que en cada oportunidad que llega a la ciudad hace grandes presentaciones, con una gran convocatoria, por lo que se viene otra noche inolvidable.
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