Criatura marina

Comparar el estado de los animales marinos 30 años atrás con el estado actual, les permitirá a los científicos evaluar el impacto del derrame en la vida marina.

En las afueras de Washington DC, protegidas por altas vallas y estrictas medidas de seguridad, se hallan -dentro un de enorme galpón- algunas de las colecciones científicas más importantes del país.

Son patrimonio del Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano y el punto de partida para los científicos que están evaluando el impacto del derrame de crudo de BP en el Golfo de México.

Cerca de medio millón de ejemplares de invertebrados del Golfo están guardados en largas hileras de frascos en los estantes del galpón. Esta colección que contiene animales recolectados durante tres décadas es tan grande, que algunos ejemplares aún no han sido catalogados.

"Para medir los efectos del derrame tienes que saber cómo era el ecosistema antes de que ocurriese", dice Jonathan Coddington, director de Ciencia y Colecciones del museo.

"Esta colección nos dará información sobre la cual se basarán las decisiones futuras".

Intereses comerciales

Las jarras contienen cangrejos, camarones, gusanos, erizos, corales y calamares gigantes. Juntos, ofrecen un panorama sobre cómo las diferentes especies interactúan con el medio ambiente.

La mejor manera de evaluar un ecosistema es analizando a los principales depredadores, aquellos que están en lo más alto de la cadena trófica. Queremos saber si todavía están allí, si están, ¿es la misma cantidad que había antes del derrame?

Jonathan Coddington, Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano

El Giganteus bathynomus -o isópodo marino gigante- que parece un escarabajo armado, es de particular importancia. Se alimenta de carne muerta pero también caza otros animales. Es el equivalente oceánico de un perro salvaje o un gran gato.

"La mejor manera de evaluar un ecosistema es analizando a los principales depredadores, aquellos que están en lo más alto de la cadena trófica", dice Coddington.

"Queremos saber si todavía están allí, si están, ¿es la misma cantidad que había antes del derrame?".

Cualquier cambio que se registre en esta especie podría indicar que otras están luchando por sobrevivir.

Pero Coddington cree que gran parte de las investigaciones futuras van a estar determinadas por intereses comerciales.

Galpón del Museo

La colección contiene ejemplares recolectados durante 30 años.

Los pescadores pueden decir que se redujo el suministro de langostinos o que su tamaño es más pequeño. Si se comparan con los animales de la colección, los científicos podrán brindar mediciones precisas que los ayudarán a resolver disputas legales con las aseguradoras.

También podrán darse cuenta si aumentó la contaminación en otros mariscos.

Y como cada mancha de petróleo tiene sus características propias, se pueden detectar los rastros dejados por el hidrocarburo lejos del lugar de origen.

Misterio bajo el agua

El accidente de BP fue descrito como el peor accidente medioambiental en la historia de Estados Unidos.

Se pensaba que sin luz, no podría haber vida. Pero descubrimos estas comunidades donde no hay luz, a más de 3.000 metros bajo la superficie, sobreviviendo con cosas que pensábamos que eran tóxicas

Alan Thornhill, investigador

Pero cuando los investigadores del gobierno comenzaron a recolectar ejemplares del Golfo en 1979, descubrieron que los ecosistemas dependen para su supervivencia del crudo y el gas que están presentes naturalmente.

Conocidas con el nombre de comunidades quimosintéticas, las bacterias convierten las sustancias químicas en azúcar, que sirve de alimento para los gusanos y otros organismos complejos.

"Linda con la ciencia ficción", dice Alan Thornhill, un asesor científico del gobierno estadounidense.

"Se pensaba que sin luz, no podría haber vida. Pero descubrimos estas comunidades donde no hay luz, a más de 3.000 metros bajo la superficie, sobreviviendo con cosas que pensábamos que eran tóxicas".

"Se han ido adaptando a estos escapes naturales de petróleo durante millones de años. Lo que aún no sabemos es si se podrán adaptar al derrame de crudo actual, pero es posible que puedan ser muy resistentes porque estos organismos están acostumbrados a los ambientes hostiles".

Las zonas de emanaciones frías, como se las conoce comúnmente, son sólo uno de los diversos hábitats en el Golfo de México. En el océano hay también regiones pantanosas, fondos de lodo, arrecifes de coral y medio ambientes únicos que se sostienen gracias a las descomposición de cuerpos de ballenas.

Nuevas especies

Martha Nizinsky

Según Nizinsky aún hay mucho por descubrir en las aguas del Golfo.

"Sabemos mucho sobre algunas partes del Golfo, pero cuando se trata de estos hábitats en aguas profundas, recién estamos empezando a conocer lo que hay allí", dice Martha Nizinksy, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

"En los primeros días de exploración y recolección, se arrastraba una red por el lecho marino. Ahora, disponemos de mejores tecnologías para explorar más allá y descubrir nuevas especies".

Cerca de 15.000 especies diferentes fueron identificadas en el Golfo de México y los científicos creen que hay otras 2.000 por descubrir.

Muchas pueden salir a la luz pronto, a medida que se intensifican las investigaciones a raíz del derrame de BP.