• Maltratar a los animales esconde trastorno de personalidad



Fuente: Noticieros Televisa

Expertos señalan que la crueldad contra los animales no es sólo una válvula de escape inofensiva en un individuo 'sano', sino que es una señal de alarma psiquiátrica y quienes la practican son más propensos a cometer crímenes violentos

MADRID, España, jul. 6, 2010.- Un grupo de adolescentes patea hasta la muerte a un burro en Extremadura (en el sur de España). En otro punto del país, en el Este, en Valencia, unos chicos crucifican a un gato.

En Madrid, un grupo de desalmados entra en un refugio de animales y les amputan las patas.

Estos son algunos ejemplos que aparecen en la prensa española. Y es que son continuos los casos de animales degollados, mutilados, apaleados, que denuncian constantemente las asociaciones de protección animal.

También en España cuando termina la temporada de caza, los podencos y galgos utilizados son con frecuencia sacrificados y, en alguna ocasión son especialmente sádicos estos sacrificios: palos en la boca para que mueran de hambre, ahorcados con los patas rozando el suelo para que la agonía sea más larga.

En definitiva, toda una crueldad animal que encierra un significado que debería preocupar a la sociedad. Se trata, según diferentes expertos, de una señal de alarma psiquiátrica ya que podría entrañar un comportamiento antisocial.

Para los psiquiatras no es tan sólo una válvula de escape inofensiva en un individuo sano. Subrayan que se trata de un fenómeno que no se debe pasar por alto y afirman que aquellas personas que abusan de los animales de forma reiterativa son hasta cinco veces más propensas a cometer crímenes violentos contra sus congéneres.

De hecho, la estadística señala que un 70% de los que abusan de animales tiene más tarde otra historia criminal

Los especialistas previenen de estos sucesos en niños pues si bien es cierto, que en hechos aislados se trata de un simple juego, cuando disfrutan haciéndole y lo hacen más de una vez, esconde un trastorno de personalidad antisocial y abuso de sustancias.

Casi todos los niños atraviesan una etapa de crueldad inocente, en la cual pueden lastimar insectos u otros animales pequeños en el proceso de explorar el mundo y descubrir sus habilidades.

Con una guía apropiada de sus progenitores, lo normal es que el niño reconduzca sus actos y sientan empatía y dolor por otros seres vivos.

Sin embargo, estudios basados en abuso animal y criminología adulta relacionan a un maltratador con el hecho de haber ejercido algún tipo de crueldad hacia los animales cuando era niño.

Se calcula que el 35% de las personas que han maltratado animales ejercen violencia doméstica. Y un 23% de ellos atacan a sus parejas a través de sus animales.

Con estas cifras, cada vez que veamos en Internet algunas de estas crueldades animales, lejos de reírnos u obviarlo deberíamos reflexionar sobre las posibles consecuencias futuras de este tipo de actos.